Vaya frrrrrrío!!! Me lío y me lío.....y no cuento lo que he de contar. Domingo, 8 de Febrero de 2015, ambiente gélido (-3 grados), cuando paso por el parque compruebo los chupetes que tiene la fuente dándome una pequeña tiritona; el aire corta el cutis y me escondo detrás de la braga, empañando las gafas con el vaho de mi respiración. Hoy llego el primero a la cita, llegando poco a poco el resto de los que vamos a hacer la ruta hoy: Ángel, Richart, Juanpe, Pastor, Chema, Nani, un miembro nuevo que hace hoy su primera ruta con nosotros, y que atiende al nombre de Juan Antonio, y un servidor y cronista, por el camino se nos une Jose Villalba, que como siempre, llega tarde y nos coje al vuelo, cosa que algún día le ha jugado una mala pasada, pues si salimos hacia el otro lado, como no sabe por dónde vamos y le sacamos unos minutos, no puede alcanzarnos. El inicio es el de casi siempre, ir hacia el Parque y subir por los sincasa, yo prefiero coger la pista por la carretera, ya que hace unas semanas me caí resbalando en el hielo, y con el frío que impera hoy no me fío. Me refiero a que el resto pasan por el lugar donde yo resbalé, y la verdad yo no estoy por la labor. Subimos los sincasa, con las primeras cuestas empezamos a coger calor y ya no sentimos frío en todo el día; calienta el sol, hay que aprovechar mientras las temperaturas siguen bajo cero para circular por senderos y zonas de umbría, pues el terreno está helado y duro, en cuanto suba un poco la temperatura estas zonas se convierten en impracticables. Entramos en la urbanización Peñas Albas por detrás, por la pista, yendo hacia Nuevo Zulema y atravesando la misma por lo que yo he venido a llamar la circunvalación, bordeando la misma al borde del pinar. En esta zona hacemos una parada por un pinchazo y hacemos las fotos de rigor para dejar constancia de la asistencia que teníamos planeado hacer todos los domingos, y que alguno se nos ha escapado, pero no pasa nada. Enfilamos por pista hacia Torres, bajando hacia el manantial, encontrándonos una zona muy pantanosa, en la que incluso hay alguna caída sin consecuencias. Atravesamos la zona y seguimos hacia Torres, todo pista, atravesando el pueblo y encaminándonos a lo que nosotros llamamos las trialeras de Torres, dos subidas y una bajada en medio de las dos que están de lujo, la última un poco más embarrada por efecto del sol. Más pista hasta Pozuelo del Rey y un poco más hasta llegar a la bajada de la cadena, que también está en perfectas condiciones; bajamos hasta la pista y cogemos dirección Torres, que bordeamos subiendo hacia el motocross, y luego bajando hasta Los Hueros, tomamos el camino de la Isabela a lo que nos dan las maltrechas piernas, la carretera de Villalbilla hacia el Gurugú, y entramos al parque por la bajada de los ewocks, que está bastante bien en su principio, pero a medida que vamos bajando nos vamos encontrando con algún susto en forma de charcos de barro traicioneros que casi me cuestan un revolcón y que sorteo con esa dosis de suerte que en otros momentos me ha faltado. En un tramo de cincuenta metros hemos puesto las bicis a caldo, las ruedas llenas de barro aunque se puede rodar fácil, pero hay que ir al lavado para librar de tan pegajoso elemento nuestras monturas; aquí me despido ya que se ha vuelto a hacer tarde y no me da tiempo a tomar la cerveza, que otros no perdonan. Y con ésto doy por terminado el suplicio de hoy, no lo digo por mi parte, que saliendo a montar en bici disfruto, con un poco de sufrimiento pero lo disfruto, sino por todo aquél que se atreva a leer lo que hemos hecho. Me han salido 50 kilómetros en 3 horas y poco.
Bueno, pues sintiéndolo mucho no voy a hacer crónica de la salida de hoy, puesto que me he rilado y he cambiado la bici de montaña por la de carretera, y creo que no me arrepiento mucho de haberlo hecho. Se tiró toda la noche lloviendo y lo que me podía encontrar es lo que se encontrarían mis compañeros: barro botijero por todos lados.
Vuelta a los caminos Ya había ganas de volver a los caminos después de quince días, la semana pasada me espanté con las lluvias y después de recoger los testimonios de mis compañeros no me arrepiento lo más mínimo, se conoce que tuvieron que arrastrar literalmente las bicis porque el barro se había quedado pegado en las ruedas. Esta semana llovió el jueves noche, pero no fue mucho y además el aire de estos días han dejado bastante bien el terreno, con mucho agarre, algún charco puntual y poco más. Y hoy, pues eso, hoy hemos coincidido bastantes, a ver si hago memoria: Ángel, Juan Antonio, Pastor, Rafa, Carlos, Villalba, Nani, Chema, la colaboración estelar del mañanero Almendritas y un servidor, nada menos que 10 espartanos en busca de ruta Y cogemos el camino del río, hacia el Encín, no hacemos el sendero, pues vamos algo justos de tiempo y seguimos hasta llegar a la carretera de Los Santos, subimos por ella y nos desviamos a la izquierda por un camino que sale a media subida, antes de llegar las cuestas gordas. Empezamos algo deprisa para mi gusto, le hago saber mi impresión al guía, que baja un poco el ritmo para que no nos desgastemos antes de tiempo; nuestro empeño hoy es llegar al pie de la subida de la Virgen de Chiloeches, que es un terreno sube y baja bastante exigente, hay cuestas bastante duras y de plato pequeño, además hoy Ángel nos regala con un recorrido envolvente, damos más vuelta para al final llegar al mismo sitio, eso quiere decir más cuestas arriba y abajo para volvernos locas las pobre piernas. Yo me veo bien, tengo fuerza para subir las cuestas, que son cortas aunque duras, y no voy muy atrás porque llevamos algunas unidades en bastante baja forma. Vamos avanzando y pronto llegamos al pie de la subida, los fuertes ya van por delante y ni los veo, me paro a quitarme ropa para no sudar en exceso, me pasan todos y mi planteamiento es hacer la subida todo lo relajado que pueda. Pronto empiezo a pasar unidades, como he dicho están bastante flojos y eso se nota sobre todo en las subidas, más o menos a mitad de recorrido no tengo más remedio que poner pie a tierra, he cogido el sitio malo y no puedo dar más pedales, afronto a pie unos metros para montarme y seguir. Un descanso y vuelta con las cuestas duras, menos técnicas que las primeras hasta el final, que se ponen más duras, pero con la vista de los compañeros que han llegado, dan las suficientes fuerzas para terminarla sin apuros gordos. Carlos y Jorge se van, ya se les hace tarde, así que nos despedimos en la distancia, más que nada porque todavía estoy llegando y ellos seguro que se han quedado hasta fríos. Comemos algo y seguimos, pues el aire es fuerte y nos va a enfriar más de lo aconsejable, vamos por el sendero hasta la bajada del águila, que está algo embarrada y hay que hacerla con cuidado para no resbalar. Ésta bajada nos deja más o menos a media subida de la del Marqués, que es la que vamos a hacer para rematar las piernas, aunque las cuestas más jodidas se han quedado atrás; es una subida en principio tendida en gran parte, con el aliciente de un par de charcos que hacen imposible seguir por el camino, salvándolos por la ladera; un par de cuestas duras más y por fin llegamos al final de la subida que no es otro que la cañada real. Seguimos por la pista hasta el pueblo de Los Santos, atravesamos por medio del mismo hasta llegar a la pista que nos ha de bajar hasta Alcalá, aquí ya no hay diferencias, los más fuertes se igualan con los más débiles y todos bajamos bastante deprisa, llegando a nuestro destino final enseguida. Con ésto damos por terminada la ruta y nos dirigimos a tomar la cerveza de rigor, cosa que no es merecedora de crónica. Se me ha apagado el GPS y no se exactamente lo que hemos hecho, calculo que unos 50 kilómetros que a algunos les han pasado factura en forma de calambres, sobre todo ya al final. Una más.
Por fin algo de buen tiempo Pues eso, la semana pasada no escribí nada ya que no tenía casi sobre lo que escribir, nos fuimos a Arganda para hacer la vía verde del Tajuña y nos volvimos a la altura del hospital, ya que la rodilla de Juanjo dijo basta y no le íbamos a dejar sólo; además era el que llevaba la furgo de las bicis, aunque yo llevara mi coche al no caber todos. En total desde La Poveda y vuelta nos salieron 14 kilómetros. Pero hoy si ha habido chicha, nos hemos juntado bastantes, se nota que el tiempo acompaña y anima bastante para salir a hacer ruta; también hace tiempo que no llueve y el terreno está fenomenal, cosa que también hace animarse al personal. Y digo bastantes porque algunos se han ido a La Pedriza a endurear (hemos de plantearnos hacer una delegación endurera y otra carretera en el club), así que no contaba con demasiados. Hemos ido los de casi siempre: Pastor, Ángel, Rafa, Chema, Iñaki, Alberto, el hermano del nuevo socio Antonio, Óscar y el que ésto escribe. Los inicios son algo accidentados, no hemos hecho ni 500 metros y tenemos un pinchazo, inflamos y poco antes de llegar al río hay que cambiar cámara, lo que nos hace retrasarnos un poco. Después ya todo va rodado. Cruzamos el puente de madera, el cementerio jardín, bike park y subimos al Gurugú por los sincasa, entramos por el sendero al lado del tentadero y bajamos por carretera al camino de la Isabela; cogemos ésta dirección Parque, desviándonos a la derecha hacia el polígono de Villalbilla, encontrándome en el mismo con Mario y Santi, que están probando la bici del primero y ensayando las puñaladas que nos darán más pronto que tarde. A pesar que están todavía con la base se les ve fuertes, no me quiero ni imaginar cuando estén rodados y con la calidad. Les propongo acompañarnos y lo hacen un trecho, nosotros vamos más tranquilos y les retrasamos algo sus pretensiones, así que unos para un lado y otros para el suyo. Llegamos al cementerio de Villalbilla y hacemos el sendero hasta bajar a la urbanización, y aquí nos separamos de nuestros agregados; nosotros subimos al campo de golf por las cacas y ellos se van por la izquierda. Llegamos arriba y atravesamos un sembrado para llegar al camino que nos lleve a Corpa, pues es nuestro próximo destino; paramos a comer algo en el lavadero y continuamos camino hacia la subida del agua. El terreno está formidable, un par de regueros nos recuerda que siempre corre el agua por esta zona, teniendo que pasar un corto tramo embarrado a pie. La subida no es muy empinada y se hace bien, cuando llegamos arriba proponemos ir hacia Santorcaz y nos perdemos en la vorágine de caminos que salen, confundiéndonos y haciéndonos dar un rodeo por más sembrados (típico Ibex) y un tramo de carretera para encarrilar la pista que nos acerque al pueblo. Se rueda rápido y bien, y no sin esfuerzo nos plantamos en las calles para ir hacia Anchuelo por los olivos. Si ya de por sí no suelo arriesgar, hoy lo voy a hacer menos, por la cuenta que me trae, pierdo a todos, que se van por delante y opto por coger el sendero de abajo, que es más entretenido y menos peligroso que el de arriba. Nos juntamos en Anchuelo y ya está casi todo hecho, nos queda ir hacia el Parque Natural y lo hacemos por el camino visigodo, rodando fuerte hasta el Portón y bajando por los Lagartos hasta el Parque, en el que damos por finalizada la ruta. Yo me voy para casa, pues se ha hecho tarde y no puedo permitirme ni una cerveza, y el resto creo que van a remojarse un poco el gaznate. Me salen algo más de 48 kilómetros y medio, con buenas sensaciones dentro de lo que cabe. Me encuentro bien y no me puedo quejar.
Después de casi un año, y a pesar de que no me gusta mucho hacerlo por aquí, sé que más de uno se sorprenderá cuando vea que he vuelto a hacer reseñas de nuestras salidas, mis saludos a todos.
Para empezar……una de cal No puedo decir que hoy me haya ido bien, ni tampoco mal, el caso es que en este año es la primera vez que cojo la bici y lo he notado mucho. No quiero justificar nada, pero mi actitud ha sido debida a mi falta de aptitud. Me han cambiado un poco las cosas, he encontrado trabajo, bueno, el trabajo me ha encontrado a mí, y todavía tengo que adaptarme un poco a los horarios para no dejar la bicicleta de lado y sufrir ataques de conciencia diarias. He terminado el proyecto de la Vitus y me la he subido a casa con la intención de hacer algo de rodillo, pero, cosas de mi propio subconsciente o vaya usted a saber por qué, no consigo hacer más de media hora seguida ni atándome; todo eso unido a que no me gusta mucho, pues tampoco me prodigo casi en el modo ratón, así que, se junta el hambre con las ganas de comer, o el perro del hortelano y no hago nada de nada. Pero hoy me he dicho que tenía que salir si o si, no puedo abandonarme por la cuenta que me trae, y porque me gusta demasiado este deporte como para dejarle de lado del todo , por lo que ayer mismo preparé la bici y hoy me he levantado pronto con la intención de no dejarme convencer por la pereza. Dicho y hecho, me dirijo al punto de encuentro y, compruebo maravillado que soy el primero en llegar, cosa rara ya que suelo hacerlo bastante pegado, por no decir tarde, aunque siempre hay alguien que llegue más tarde que yo. Veo la furgo de Alex y hacia allí me dirijo, no es que no me dé alegría verle, lo que pasa es que es un endurero redomado y las rutas que solemos hacer cuando él viene son (ya me conocéis) un mucho heavy para mis gustos; van llegando Ángel (con su nueva bici de enduro, válgame Dios), Jose María (que es el clásico biker incombustible, lo mismo le da chicha que limoná…), otro convertido al lado oscuro como es Jose Luis (también con su flamante bici endurera), y Rafa, que tampoco hace ascos a nada. Yo ya estoy con la mosca detrás de la oreja, y cuando es Alex el que pone el recorrido mi futuro es bastante negro, pero voy a acompañarles mientras me duren las fuerzas y es que soy un poco cabezón, intento no rendirme. Llegamos al Parque Natural y empezamos a recorrerlo por su parte derecha, senderos, subidas, bajadas…..algún que otro cortadito, conozco el recorrido pero no lo identifico con ningún nombre conocido, así que no puedo detallarlo. Hasta que llegamos casi a lo más alto y volvemos a bajar por los Ewoks hasta la pista central del Parque; lo siguiente es seguir hacia la derecha y enfilar el barranco de la zarza (aquí me cruzo con Jorgt al que le grito algo inentendible), llegando hasta un repecho y cogiendo a la izquierda por otro repecho con la intención no declarada de hacer el sendero del Águila. Pero yo, llegado a éste punto y con las fuerzas algo deterioradas (solo llevamos 11 kilómetros y ya estoy más p´allá que p´acá) me declaro en suspensión de pagos y pego un grito diciendo que no sigo; me doy media vuelta por la pista y me bajo hasta el pie del camino verde, dejando abandonados a mis compañeros por la cuenta que me traía (estoy casi seguro que alguna burrada tienen que haber hecho, tanto de subir como de bajar). Subo por la pista verde a mi ritmo, dejando que las pedaladas fluyan y llego al pie de las Crestas, siguiendo por ellas hasta el Portón de Anchuelo, llego por el camino visigodo hasta el pueblo del mismo nombre, cruzo la carretera para enganchar por el camino hasta la vía de servicio del AVE, que no abandono hasta que llego a la carretera de Villalbilla, tomo a la derecha en dirección Alcalá, para llegar otra vez al Parque bajando repitiendo por los Ewoks, que ya había hecho antes y comprobado que no tenía nada de barro, así que , para qué probar otra alternativa si ésta ya era una buena opción. Hoy no tengo tiempo, me voy para casa directamente sin parar a las cervezas, y llego a la misma con un buen sabor de boca y una buena paliza en las piernas; 33 kilómetros tienen la culpa. Pido perdón a mis compis por haber desertado, pero lo que me veía venir no era otra cosa que mucho patear tanto para arriba (por falta de fuerzas) como para abajo (por falta de huevos), así que, para no ser un lastre y además estar quejándome continuamente, la opción, al menos para mí, ha sido la adecuada. He de dar las gracias a un tal Félix López, que me ha despertado otra vez el gusanillo de escribir, animándome a seguir haciéndolo. Ya hacía tiempo que tenía en mente volver a mis reseñas pero no encontraba el momento de hacerlo, gracias a él, al fin lo he encontrado y en su honor van estas letras. Ahora ya no puedo salir todos los domingos por motivos laborales, por lo tanto tampoco podré hacer crónicas nada más que cada quince días. Gracias y hasta la próxima.
Jod*r Luis, ya tenia ganas de volverte a leer. Se echaban de menos tus crónicas domingueras. Los retornos son duros pero poco a poco que no tenemos prisa. Me ha encantado tu regreso y enhorabuena por tu nuevo trabajo, nos vemos por los senderos.
Grande Luis! Espero que le des continuidad a esto de escribir....y veo que las viejas costumbres de lloriquear no las has perdido!!! Jejeje! Animo y no nos abandones!!
Como no puedo citar a todos al mismo tiempo, voy a contestaros sin citas. Voy a ver si puedo seguir dando continuidad a mis.....bueno, esas cosas. Por lo visto un poco más arriba, no me equivocaba en cuanto a que iba a pasarlo especialmente mal, porque los endureros me rodeaban y además tienen que rentabilizar las bicis, todo eso unido a mi falta de forma física y mental, pues me da un cóctel de cobardía bastante importante. Sólo digo una cosa: teníais que ver por dónde se tiran estas cabras.
